Fundación Colegio Nacional Juan Misael Saracho Oruro

Historia de Colegios Bolivianos 2 de dic. de 2022

El 16 de junio de 1941 se inició una nueva era en la educación de Oruro. Daniel Sánchez Jiménez fundó el Colegio Nacional Juan Misael Saracho. Fue un homenaje al jurisconsulto tarijeño más sobresaliente. Era Ministro de Educación y candidato a la Presidencia de Bolivia. Al principio, tenía aulas improvisadas en la calle Junín, esquina Velasco Galvarro. Después, el colegio se trasladó a otro local. Era en la calle 6 de Octubre, esquina Caro y, al final, se consolidó en la calle Montecinos, entre Pagador y Potosí. Desde entonces, 1960, se cantó: “En la calle Montecinos, hice un juramento: Defender al gran Saracho, en todo momento”. Los docentes y estudiantes nunca escatimaron esfuerzos para demostrar ante el mundo, comprensión, cooperación y superación. El colegio fue forjado con los mejores profesores. Ahí estaban Misael Pacheco Loma, Atanasio Echalar García, Severo Durán Terrazas y tantos otros que pusieron alma, vida y corazón para lograr el crecimiento permanente del establecimiento. Severo Durán, en la música, y el poeta José Encinas Nieto, en la letra, crearon el famoso himno del colegio que enorgullece a todos: “El amor que yo siento es muy grande, a Bolivia mi tierra natal; mi Colegio es la cumbre del Ande, por su nombre glorioso, inmortal. Con mi libro debajo del brazo le tributo mi tierno existir, al “Saracho” querido regazo, que cobija lo que es porvenir”. Otro docente de calidad, Leoncio Mier, con letra y música, cantó “La voz del Saracho”, para levantar el espíritu de los estudiantes: “Ostentamos la frente altiva y en el pecho un gran corazón, porque es noble la acción colectiva del Saracho al cumplir su misión”. Severo Durán, como docente de música, estuvo preocupado de darle identidad al colegio, para todo momento y en forma conjunta con Luis Carranza, cantaron la cueca “Viva el Saracho”: “Uno solo es mi cielo, ¡ay!, y dos son sus colores, el rojo de la aurora y el negro del ocaso”. Así, se fue construyendo la identidad roji-negro. La preocupación de los sarachistas no solo era viajar de promoción a cualquier rincón del país. En 1960, una delegación de estudiantes viajó a Argentina, para espectar un encuentro de futbol de River Plate, en su estadio monumental, con la batuta de Antonio Bellot y Teodoro Rojas. Era la primera vez que los alumnos de un colegio de Oruro realizaban semejante viaje. Al final, Teodoro Rojas, profesor de Educación Física, se convirtió en el motor principal del colegio durante 30 años. A pesar de ser flaco y alto, con la voz de mando que tenía, organizó los equipos de futbol, básquet y, sin ser su responsabilidad, dirigió la banda de música y le puso su sello en los rompefilas, para participar en marchas y desfiles. Desde 1941, se acumularon trofeos y medallas en futbol y básquet. El colegio Saracho era y sigue siendo el semillero de los mejores jugadores. Uno de los equipos de básquet estaba integrado por Jhonny Ayllón, Fernando Morales, Casto Navía, Humberto Delgadillo, Ricardo Mejía y Adolfo Bellota. Era 1961.Cómo no recordar a Lidia Verduguez, profesora de Química. Hacía sentir su seriedad y puntualidad y no perdonaba que los alumnos no presenten su trabajo práctico. Noemí Lara Velasco, docente de matemática, se sabía todas las fórmulas de las ecuaciones. No necesitaba revisar su libro, para enseñar en la pizarra las distintas operaciones. Pedro Mercado era un gran docente de literatura. Cada mes había que leer un libro de la literatura clásica y presentar un resumen. Aquella vez, no había internet, para lograr resúmenes en forma inmediata. Había que leer el libro de la Guerra y la Paz, Edipo Rey, El Quijote de la Mancha y otros, para cumplir las obligaciones.Guillermo Peña Amboni, al principio, era docente de religión. Después, dictó clases de matemática. Lourdes Lara Velasco, Eufronio Sánchez Campos, Magdalena Díaz Mamani, Pablo Huarachi Miranda, Marina Usmayo Rocha, Félix Orellana Campos, Isidora Marze Marca, Oscar Heredia Antezana, Corina Del Barco Escóbar, Eva Lamas Rivas, Jaime Lucero Montesinos, Fernando Itamari y Ramón Escalier Benavidez, se incorporaron después y siguieron los pasos de los predecesores, con la única satisfacción de ver a los estudiantes, en poco tiempo más, como profesionales. Felicidades, a todos los alumnos, ex alumnos y docentes de la familia sarachista, en los 81 años de existencia del famoso colegio del rojo y negro eternos.

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